Sin duda la actividad gremial de alcance nacional más importante es la discusión Paritaria de los Convenios Colectivos de Trabajo, que en nuestro caso son 4, uno por cada rama en la que está dividida la actividad a nivel empresario.
Así, hoy se encuentran vigentes los Convenios Colectivos de Trabajo Nº 389/04, firmado con la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA); el Nº 362/03, firmado con la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT); el N° 397/04, firmado con la Federación Argentina de Alojamientos por Horas (F.A.D.A.P.H.) ; y el Nº 401/05, firmado con la Cámara Argentina de Concesionarios de Servicios de Comedores y Refrigerios (CACYR).
Vale la pena resaltar, que las Convenciones Colectivas de Trabajo donde se discuten los distintos convenios son dinámicas, y ello es así por cuanto la propia actividad que contemplan es altamente variable y evoluciona permanentemente.
Día a día surgen nuevos sistemas de explotación comercial como resultado de la aplicación de nuevas tecnologías, y nuevas técnicas para el servicio de los pasajeros, debido al permanente cambio en las exigencias y preferencias de los clientes.
A título de ejemplo, un hotel no brinda solamente un espacio para pernoctar, sino que por el contrario va recreando, a medida que las exigencias de los pasajeros así lo requieren, todo un entorno de servicios que hacen al buen pasar del viajero.
Dentro de este contexto los convenios adquieren igual dinamismo y son constantemente revisados para adecuarlos profesionalmente según las necesidades propias de cada zona, región o tipo de temporada que contemplen. En suma, operamos con convenios abiertos a las nuevas pautas del mercado, sin que ello signifique descuidar los derechos de los trabajadores, sino que por el contrario, las adecuaciones que se realizan responden a las necesidades de las partes, ya que no existe empresa sin trabajadores ni trabajadores sin empresa.
Ambos adquieren relevancia por igual y por tal razón el marco de discusión, adecuación, renovación, etc., debe tener como punto de partida el respeto institucional para que a través de la discusión franca no se mengue el beneficio de una en detrimento de la otra.
Este es sin duda un pilar fundamental de la Institución Gremial como parte integrante de la sociedad moderna, ya que su inexistencia, a la par de dejar indefenso al trabajador y su familia, propicia no sólo el avazallamiento del mismo sino que funciona en contra de las propias empresas, ya que estas quedan, ante la falta de una regulación básica del sector, a merced de aquellas que inescrupulósamente sólo tienen como meta el negocio a corto plazo, las que colapsando una vez endeudadas (con trabajadores y proveedores) han producido, en su corta existencia una competencia desleal que suele llevar a la ruina al buen empresario y a la desesperación del trabajador y su familia, creando serios problemas en el cuerpo de la sociedad.
De aquí la necesidad de comprender el valor de las instituciones, en este caso la Sindical, ya que la misma coadyuva al funcionamiento equilibrado y equitativo del sector, convirtiéndose como tal, en pieza fundamental para el funcionamiento de la democracia.